Dra. Belfiori agradece este momento

La flamante Directora de la Zona Sanitaria IV agradece públicamente por esta designación, teniendo presente situaciones especiales.

Esta oportunidad que hoy me ha ofrecido Salud Pública no sería posible sin la ayuda de muchos. Por ese motivo quiero agradecer al Dr. Carlos Franco quién fue insistente para que regrese después de haber estado ausente tres años.

A la Ministra Mariel Crespo por haberme dado esta responsabilidad, para mí es muy importante que una mujer confíe en otra mujer. A la diputada Vicky Damilano quién siempre mantuvo su fe en mí.

Al Director del Hospital 9 de julio Dr. Federico Torgoff por representar un ejemplo de gestión y afán de superación. A

 todos mis compañeros de militancia, que reconocen que la patria es el otro.

A mis hijos que siempre son testigos necesarios de todas mis inquietudes, que aprendieron a convivir con una madre anestesióloga, a conciencia del tiempo que esta profesión les ha quitado.

Pero en especial a todos lo que hacen de la salud pública un engranaje que tiene como resultante el bien común. Hoy me dirijo a aquel que se levanta a las 4 de la mañana para cumplir con sus actividades: que viste su ropa de trabajo como una bandera.

Al que viaja en ambulancia, que vuelve muchas horas después, sin comer y sin descansar.

Al que cuida de la ambulancia sea feriado o no. Al que trabaja mucho más de lo que debe y no se lo reprocha a nadie porque hace lo que le gusta. A los profesionales que día a día tratan con decenas de pacientes, al que viene a la noche para extraer una muestra de sangre.

A los que no les parece un tema menor la salud bucal de la población. Al que piensa que la nutrición adecuada es la mejor forma de prevenir enfermedades.

A aquellos que se quejan poco y trabajan mucho, al que se queja para mejorar el bienestar del paciente. Al médico que nunca olvida que su tarea indefectiblemente excluyente, es aliviar el sufrimiento ajeno.

Al enfermero que atiende con amor al paciente aunque esté fatigado, al que estudia y se perfecciona sacándole horas a su descanso y a su familia.

A todo ser que resulta anónimo en un hospital pero que es indispensable: ver los pasillos limpios, la pulcritud de las sábanas, los baños apropiados, el pasto cortado, es el resultado de personas que han hecho su trabajo con afán. Nadie que haya estado en un hospital público puede ignorar el aroma que emana de la cocina, o los desayunos hospitalarios con quienes pacientes y personal nos hemos deleitado. Nadie olvida un mate cocido con leche del hospital, son insuperables.

También a aquel que jamás aparece en los agradecimientos, cuando somos depositarios de ellos. Al que está en una oficina, administrando con honestidad los bienes que son de todos. Al que nos persigue para que hagamos los papeles, a veces serenos y otras vehementes porque nuestro desafío diario es cumplir. Al que se esmera tanto en reparar una canilla que gotea como en pintar una pared si hace falta, o hacer que nuestros equipos y elementos funcionen siempre, porque saben que en un hospital nada puede detenerse.

Al que lo desvela la prevención de nuestros flagelos temporales: dengue, Chagas, gripe A.

A todos los que hacen que este inmenso engranaje de preocupaciones y acciones nos convierta en mejores personas, mejores seres humanos. A los que encuentran en esta motivación, el sentido de la vida.

A todos ellos me dirijo en reconocimiento porque tuve la fortuna de encontrar en muchos de todos los enumerados, otra extensión de mi familia. Porque tengo la certeza que ayudar a curar, cura cualquier herida.

Cynthia Belfiori

Directora de Zona Sanitaria lV

Provincia del Chaco

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