Los “bici-muebles” en investigación

Estos “comerciantes” estarían siendo investigados por la Justicia Federal en distintos puntos del país.

Recorren las calles vendiendo, casa por casa, muebles de melamina; pero algunos realizan una actividad paralela, que está siendo investigada por los juzgados federales.

La ciudad de Chajarí -como en otras- está en alerta por los bici-muebles, que están recorriendo no sólo esa localidad, sino la provincia, incluida nuestra ciudad. La investigación en el norte del país está desencadenando una investigación.

La modalidad de la actividad comercial, es ir vendiendo, casa por casa, muebles de melanina. Sin embargo, esta actividad a veces suele venir acompañada de otra que es la de otorgar créditos “hogareños”, que no exceden los 2 mil pesos y que tienen intereses usurarios, pagos semanales y que al no cumplirse el pago de algunas cuotas, los “deudores” son literalmente apretados para que cumplan con sus compromisos.

La investigación, que hoy están en algunos Juzgados Federales, particularmente del norte del país, están tratando de dilucidar si esta actividad responde a una actividad totalmente lícita o si es la forma que han encontrado para los préstamos de dinero en sectores vulnerables con ganancias y si es una red estratégicamente pensada para otros fines no lícitos, como por ejemplo la droga, que sirva para seguir perforando esos sectores, particularmente de consumidores.

En Chajarí, las dos fuentes consultadas dieron la misma respuesta: “estamos al tanto y estamos controlando”. Hay certezas de que se otorgan créditos. Una de las personas consultadas fue más allá al reconocer que esperan “alguna denuncia por extorsión o algo de eso, porque sabemos que intiman a la gente de una manera no muy cordial cuando le quedan debiendo”.

“A veces la gente realmente les debe y termina llamando a la policía para sea los uniformados los que solucionen el problema”, reconoció un vecino de un barrio periférico a Chajarí, que prefirió el anonimato “porque los conozco y no quiero tener problemas” afirmó.

Investigación en el interior del país

En San Francisco, provincia de Córdoba, es popular un personaje llamado “El Colombiano”. Atiende por celular y presta dinero sin requisitos, con cobranza diaria a domicilio, justamente a cargo de los “carreros de muebles”: Es una derivación de la mafia colombiana que varios medios denunciaron.

Llamando a un teléfono que es de total dominio popular, se accede al préstamo sin requisitos.

Un ejemplo de la operatoria:

Préstamo: $ 1.000-sin garantía

Devolución: 24 cuotas de $ 50 – Cobradas diariamente y a domicilio.

Las desagradables sorpresas aparecen para quien se atrase y los intereses son altísimos. Luego de la persuasión, vienen los aprietes. También, suelen vender algunos muebles en cuotas semanales, para despertar confianza y disimular sus verdaderos fines. Últimamente, aparecieron cobradores locales para no despertar sospechas.se movilizan en motos y reciben un pago de $ 100 por día.

En Morteros, el periodista Miguel Peiterti, observó el mismo modus operandi. Impunidad absoluta y la misma mecánica que los medios nacionales denunciaron hace un tiempo:

José Nelson Henao Ortiz había nacido en Pereira, en Colombia, 47 años atrás. Desde el 2012 vivía en esta ciudad, en la frontera con Bolivia, una zona caliente del contrabando de drogas y el tráfico de personas y divisas, donde ya estaba radicada parte de su familia y varios compatriotas. Fabricaba y vendía por las calles muebles hechos con madera y placas de durlock. No tenía antecedentes penales. Murió el domingo pasado de un infarto después de recibir un balazo de goma de uniformados de la policía de Salta, cuando intentaron detenerlo tras una pelea callejera.

Desde hace más de tres años en esta ciudad, como en Pichanal, Irigoyen, Tartagal y Salvador Mazza, es común ver a ciudadanos colombianos que recorren las calles con carros cargados de muebles para vender. Ellos dicen que es su modo de ganarse la vida. Funcionarios judiciales y policiales desconfían y sospechan que ocultan otras actividades, como lavado de dinero.

Fuentes judiciales informaron que, según datos de fuerzas de seguridad federales, en las provincias del noroeste argentino hay radicados más de 3000 colombianos.

El dinero que le prestan a gente humilde con pocos ingresos económicos lo anotan en pequeñas agendas. Los muebles los venden en promedio a 2000 pesos, y cobran 100 pesos por semana.

“La gente que recibe dinero de los colombianos sabe que sí o sí tiene que devolverlo y no se puede atrasar. También hubo disputas entre ellos por el territorio”, dijo un jefe policial de Orán.

Fuente: Tal Cual – La Nación

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